De 1983 a 2009, Sri Lanka fue el escenario de una guerra civil entre el gobierno y el grupo de rebeldes separatistas Los Tigres de Tamil Eelam (LTTE), que pretendían crear un Estado independiente en las provincias del norte y el este del país, de mayoría Tamil.
Durante la etapa final de la guerra se produjeron desplazamientos masivos de población en el norte del país. Unos 276.000 civiles tamiles fueron hacinados en campos de desplazados bajo la supervisión de las fuerzas armadas de Sri Lanka. Hasta finales de 2009 no se les dio libertad de movimiento.
Hoy en día se estima que hay unas 146.000 personas refugiadas de Sri Lanka en 64 países. Hasta 100.000 se encuentran en el estado indio de Tamil Nadu: 68.000 en 112 campos gubernamentales y 32.000 fuera de los campos. Más de tres años después del fin de la guerra, la mayoría prefiere no regresar. Solo lo han hecho poco más de 5.000 habitantes bajo una repatriación voluntaria facilitada por el ACNUR.
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