En el periodo comprendido entre el inicio de la restauración Meiji y la II Guerra Mundial hubo un destacable fenómeno migratorio en Japón que supuso la marcha de unas 770.000 personas: 370.000 fueron a América del Norte y Hawai, 240.000 a América Latina y 160.000 hacia el sudeste asiático y otras regiones. El estallido de la guerra interrumpió la emigración japonesa hasta los años 50, cuando el país estaba devastado por el conflicto.
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