- ¿Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
- Eso depende en gran parte del sitio al que quieras llegar -dijo el gato.
- No me importa mucho el sitio... -dijo Alicia.
- Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes -dijo el gato.
- ...Siempre que llegue a alguna parte -añadió Alicia como explicación.
- ¡Siempre llegarás a alguna parte -aseguró el gato- si caminas lo suficiente!
LEWIS CARROL, Alicia en el país de las maravillas
No hay camino demasiado largo, ni valla demasiado alta, cuando se trata de huir del hambre, de la miseria, de la guerra, del fanatismo, del miedo…, cuando millones de personas huyen de sus hogares y llaman a las puertas de Europa.
Nada nos decía hasta hace poco tiempo el nombre de Idomeni, una estación de tren situada en Grecia, cerca de la frontera con Macedonia, que hoy es la vergüenza de Europa. Siguiendo el ejemplo de otros países de Europa del Este y de los Balcanes, Macedonia cerró sus fronteras, dejando atascadas, en los peores momentos, a más de 14.000 personas, la mayoría de Siria e Irak pero también de Afganistán, Irán, Marruecos, Argel y Túnez. Todas anhelaban continuar su viaje hacia el centro de Europa, pero ante las puertas cerradas, Idomeni se convirtió en un vertedero tóxico, núcleo de fiebres, neumonías, brotes psicóticos, crisis nerviosas. Y sin embargo aguantaban, porque todo es mejor que los bombardeos en sus lugares de origen.
La Unión Europea y Turquía firmaron en marzo de 2016 un acuerdo para gestionar el flujo de personas refugiadas hacia Europa, según el cual quienes lleguen a las islas griegas de forma irregular serán devueltas a Turquía, a cambio de que las personas que soliciten protección desde este último país serán atendidas por «vías legales» para poder instalarse en Europa. Como contraprestación, Turquía logra el compromiso de que se abrirá al menos un nuevo capítulo de los muchos que quedan pendientes en su proceso de negociaciones de adhesión a la UE. Cuando personas que huyen, personas vulnerables y con miedo, se convierten en moneda de cambio, en mercancía para una negociación, nuestra historia se envilece un poco más.
Mientras este acuerdo se firmaba, cuerpos sin vida, incluidos los de niños y niñas, seguían apareciendo en el mar, en los alrededores de las islas griegas. Y así Europa mira hacia otro lado, cierra sus puertas, es inhumana, es brutal, y con esta vergüenza firma también su acta de defunción. Porque… ¿qué fue de la Unión Europea fundada sobre los valores de respeto a la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad y los derechos humanos? ¿Qué tal si miramos hacia nuestro propio camino?
Porque existen muchos caminos, y muchas huidas, en todos los lugares y en todas las etapas de la historia. Y ahí está el objetivo de esta iniciativa, que es el de mirar hacia dentro, y hacia atrás, y abordar el tema de las migraciones y el refugio desde la fotografía documental y la música, universos históricos y artísticos capaces de generar emociones y transmitir ideas y vivencias sobre diferentes realidades, de aquí y de allá, de ayer y de hoy.